ADIÓS AMIGO MIO



Me es muy difícil iniciar. La decisión que he tomado de redactar esta carta es trascendental en mi vida. De hecho no recuerdo haber intentado redactar una carta semejante. Más que referirme al carácter formal que debe revestir, sé que debo reunir el valor suficiente para atreverme a dar por terminada una relación por demás íntima, de mucho tiempo. Hablamos de más de 6 años de estar acompañado de quien ahora debo abandonar necesariamente.

La separación definitiva que he resuelto llevar a cabo hoy, sin posibilidad alguna de postergación, no es producto del arrebato ni de mi volubilidad de carácter. Se debe, por el contrario, a un acto verdaderamente consciente, como pocos, de que es lo mejor que puedo hacer y que será una de las muy escasas decisiones de calidad que haya podido tomar en mi vida.

Desde este momento, sé que no será nada fácil vivir sin ti.

Cuando menos en el tiempo inmediato. Pero confío plenamente en que el tiempo me curará de tu falta de presencia.

Y cómo no voy a padecer tu ausencia definitiva, si juntos hemos corrido la vida. Siempre has estado conmigo en todos los acontecimientos. No tan sólo en aquellos catalogados por mi hiperegolatría como especiales y únicos, que ha registrado mi mente como fechas históricas en mi almanaque personalísimo, sino hasta aquellos, los más básicos, rutinarios y repetitivos.

Para decirlo de mejor manera, cómo no voy a extrañar tu compañía si en las buenas y en las malas siempre estuvimos juntos.

Así, amigo mío, debo decirte que no te guardo ningún rencor.


Gracias por no haberme hecho daños irremediables. Pero debes saber, con honestidad te lo digo, que nuestra relación, tan intensa, se convirtió en una relación dependiente.

Prácticamente no podía hacer nada sin ti. A partir de ahora he decidido enfrentarme sin ti a todos los momentos que me brinda la vida.

Y estoy completamente dispuesto a superarlos.

Pondré todo de mi parte para lograr mi completa felicidad sin ti. Aunque por momentos sienta enloquecer por necesidad de tu compañía, puedes estar cierto que encontraré quien me tienda la mano en estos momentos difíciles y estoy seguro que los superaré.

También estoy convencido que al pasar el l tiempo menos te extrañaré. Aunque nunca llegará el día en que no me acuerde para nada de ti porque fuiste mi amigo, mi hermano y mi confidente.


Te quiero y te querré siempre, que Dios te bendiga hoy y siempre...  nunca podre agradecerte a ti y a tu familia de haberme hecho sentir como en casa y eso nunca lo olvidare.


Sin rencores te pido humildemente que nos despidamos en los mejores términos, agradeciéndote de todo corazón que nunca más vuelvas a buscarme para estar conmigo. Adiós para siempre



Comentarios

Entradas populares de este blog

LAS VEGAS EN 5 DIAS

"DE LAS AGUAS MANSAS LÍBRAME SEÑOR QUE DE LAS BRAVAS ME LIBRO YO”

TEMPLO DEL DIOS SOBEK EN KOM OMBO