EL FRUTO PROHIBIDO
En esta época que mejor que hablar de esa fruta prohibida. Cuenta la Biblia que después de haber creado a la mujer de una costilla, Dios habló por los alto parlantes del paraíso y con una grave y tenebrosa voz que volvería a ser utilizada miles de años después en la introducción de “Los cuentos de la cripta: parte 2″, le advirtió a Adán y Eva que el buffet era todo incluido, pero eso sí, había un pequeño arbolito de manzanas, en el medio del paraíso, del que sí estaba PROHIBIDO comer. Y puede que Dios haya creado el mundo, pero ni él entendía bien a las mujeres, porque bastó con que dijera estas palabras para que Eva se sintiera inmensamente atraída hacia el árbol. Las manzanas se veían más rojas, el tronco más imponente para envidia de Adán y las ramas parecían brazos que la llamaban e invitaban a caer en la tentación. Sí, este sería el pecado original, y de original ya no tiene nada porque es bien conocida la debilidad por lo prohibido, por lo peligroso y sobre todo por