¡NOSOTRAS SOMOS DIFICILES, PERO A LOS HOMBRES TAMPOCO HAY QUIEN LOS PUEDA COMPRENDER!




Los hombres dicen que no hay quien entienda a las mujeres. Y nosotras repetimos una y otra vez que todos los hombres son iguales, lo cual no es del todo cierto pues algunos son peores.

No me canso de escuchar esa  frase  con la cual aseguran  que los hombres son simples, mientras que las mujeres somos  complicadas y difíciles de entender. Entonces, ¿por qué muchas mujeres no comprendemos el comportamiento masculino, si se supone que es tan sencillo?

Con este artículo no voy a dar soluciones y tampoco quiero dar a pensar que entender a las mujeres sea una tarea fácil, porque las mujeres somos muy difíciles de entender y nosotras mismas nos damos cuenta de esto y en ocasiones se nos hace cuesta arriba comprendernos a nosotras mismas.

Las mujeres somos seres complicados, necesitamos  muchas cosas. Y esperamos  que los hombres nos las den aunque no les hayamos  dicho cuáles son, y aunque eso que necesitamos  y deseamos ahora sea diferente a lo que necesitábamos y deseábamos hace cinco minutos.


Tratar de llevarse bien con una mujer es una cuestión de actitud:


Si un hombre nos ama de verdad no le será difícil entenderse con nosotras. QUEREMOS y somos de esperar muchos gestos por parte de nuestra pareja. Necesitamos ser tratadas como princesas, ser la reina del hogar y por supuesto ser la ÚNICA en la vida de un hombre, no existen las cosas compartidas, cuando amamos lo hacemos con mucho egoísmo, queremos y pedimos más, porque lo MERECEMOS.


De hecho para que una mujer sea feliz es bastante sencillo necesitamos cuatro hombres en uno: un viejito abrazador, consolador e impotente, que sea nuestro  paño de lágrimas perfecto, un feo que haga todo lo posible por ayudarnos, que lleve a los niños al colegio, haga la compra, lave el coche, un semental, ya sabes para qué, y el gay, para charlar a todas horas que queramos y nos de consejillos varios.


En definitiva Las mujeres y los hombres somos  seres diferentes, no es que la noticia sorprenda, pero sin embargo día a día, pretendemos que ellos actúen como nosotras. Ese afán de que se comporten como reaccionaríamos en su lugar, sólo puede traer malos entendidos. Mujeres: ¡los hombres son hombres!


El cerebro del hombre está orientado hacia los resultados. Se ha comprobado que los hombres no tienen desarrollada la empatía del mismo modo que el cerebro femenino. Actúan como estrategas, miran el objetivo y avanzan.


Nosotras en cambio, estamos orientadas a las emociones, tal vez por eso las hormonas nos juegan grandes papelones a la hora del embarazo, la menstruación y la menopausia. Podemos ser las mujeres maravillas y a las tres horas sentirnos las más feas del mundo. La inestabilidad de nuestro compromiso emocional queda sujeto al calendario, y a los pensamientos nocturnos.


Nuestra empatía natural nos hace escribir notitas cursis, ridículas y sentirnos orgullosas de eso. ¿Por qué no? ¿Verdad?


Las mujeres podemos hacer muchas cosas a la vez:


Estamos pendiente del cumpleaños de la mejor amiga, de la lista del súper, de los pendientes del trabajo, las vacunas del perro, la escuela de los niños, el trabajo de él; y disparamos llamadas y mensajes de texto para los cuatros puntos cardinales.


Los hombres sólo hacen una tarea a la vez:


Los caballeros, cuando trabajan, trabajan. Ellos no tienen tiempo para un “te extraño” o “¿cómo estás”, el trabajo les absorbe todo el día y las posibilidades de ser amorosos con la pareja. Es justo cuando nosotras comenzamos a sentir ese peculiar abandono y la pregunta recurrente aparece sin demoras: “¿qué hice mal?” “¿será que no me quiere? O ¿estará con otra?


Mientras a nosotras nos complace estar omnipresentes en todos los eventos de sus vidas, ellos aparecen en forma esporádica e intermitente. Por eso no entienden nuestras reacciones indiferentes o motivos por las que muchas veces nos sentimos molestas, pues se preguntan cosas como: “¿Cómo es posible que te moleste que yo trabaje?”


Pero es que, ¿cómo hacerles entender? Nadie se ofende porque trabajen, lo que nos molesta es ser susceptibles a sus pronunciadas “ausencias”.


Hay muchas cosas que las mujeres no comprendemos de los hombres; en nuestras cabezas surgen  preguntas “¿Cómo puede ser que él actúe así? Acaso ¿No debería regalarme algo para mi cumpleaños? ¿No debería intentar y hacer lo posible para verme? ¿O escribirme un mensaje de amor durante el día?”


Nos preguntamos una y otra vez; y las respuestas obtenidas son las respuestas inconclusas que muchas de nosotras nos hacemos.

Involucrada en esta temática, me di a la búsqueda de “ incomprensibles universales” entre amigas y vecinas. 

Las mujeres no comprendemos a los hombres y señores que:

* Le den más importancia al trabajo que a las relaciones.
* Que estén orientados a los resultados y no a los afectos.
* Qué puedan pasar un día entero sin comunicarse con la mujer deseada, amada o   en conquista por “falta de tiempo”
* Qué crean que son los únicos seres con días de 24 horas.
* Qué insulten nuestra inteligencia con mentiras infantiles.
* Qué se duerman en medio de una discusión.
* Qué sigan durmiendo a pesar de que estemos llorando.
* Qué nos pregunten “¿Cómo estás?” Y cuando respondamos “¡Mal!” No pregunten nada al respecto.
* Qué sean fríos y distantes en las discusiones.
* Qué aparezcan y desaparezcan como si nada.
* Qué dejen de llamarnos sin avisar.
* Qué no cuiden sus cuerpos, y critiquen nuestra barriguita.
* Qué busquen mujeres más jóvenes y critiquen a las mujeres que buscan hombres más jóvenes.
* Que huyan de las mujeres inteligentes.
* Qué hablen de otras mujeres frente a nosotras.
* Qué miren a otras sin disimulo.
* Qué coqueteen frente a nuestros ojos y lo nieguen.
* Qué nos pregunten mil veces lo mismo por su falta de retención.
* Que no entiendan nuestras directas indirectas.
* Qué no escuchen lo que decimos.
* Qué creen que son mejores que los ex que hemos tenido.
* Qué se ofendan con los hombres que nos han maltratado de una u otra forma y ellos terminen actuando igual.
* Qué se crean que todo pasa por ellos.
* Qué sostengan que la infidelidad es una cuestión de naturaleza.

Estoy segura que los hombres que lean este articulo pensaran que somos aun peor de complicadas porque dirán que para hacer feliz a una mujer deben de  tener mil personalidades y hasta ser gay, pero señores no es así, es una cuestión de saber maniobrar y con esto les he dado unos pequeños tips.  

A nosotras nos gusta auto-enredarnos y buscar significados ocultos en sus actitudes cuando vemos que realizan cosas que a nuestro entender son raras e incomprensibles y que nosotras seriamos incapaces de hacer, es en este preciso instante donde empezamos hacernos peliculas y la imaginacion comienza a desbordarnos.


Por eso es de vital importancia que comprendamos que tanto los hombres como las mujeres  somos diferentes,  hay muchas cosas que las mujeres no entendemos ni entenderemos de los hombres y los hombres de las mujeres, y muchas de ellas jamás tendrán respuesta…


La naturaleza es el limitante que todos los seres humanos compartimos; y por eso los  hombres y mujeres usamos el cerebro de diferente forma y creo que la única manera de intentar llevarnos bien  es dejando de juzgar o tratar de anticiparnos a  sus conductas y mutuamente intentar comprendernos y ser menos egoístas y mas empáticos el uno con el otro.



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