¿LOS HOMBRES LAS PREFIEREN MALAS?

Hay muchos mitos sobre hombres y mujeres,  los caballeros las prefieren rubias, las chicas los preferimos malos y claro, ellos los hombres de todos los días, las prefieren malas.

Últimamente  tras varias conversaciones con amigos y hablar de  sus relaciones y preferencias he llegado a la conclusión de que  los hombres prefieren quedarse con las malas y no creo que lo hagan conscientemente  porque sin duda si les preguntas te dirán con sobresalto ¡estas equivocada yo las prefiero buenas! , pero con sus actitudes demuestran lo contrario y luego me extraña que se pregunten porque pasa lo que pasa.

Me gustaría dejar claro que con este artículo no me dirijo a juzgar a estas chicas, aun mas  me causan admiración ya que estas niñas que son “cabronas”  son  mujeres  poderosas que obtiene una gran fuerza de su capacidad para pensar de forma independiente, que juegan con sus propias reglas, no tienen inconveniente en jugar a doble banda, cualidades que estos  individuos encuentran tan magnéticas y al final coincidiré con lo expuesto en el libro de  la psiquiatra Carol Lieberman “Chicas malas: por qué los hombres las aman y cómo las niñas buenas pueden aprender de sus secretos”.

Bueno retomo, en una de las conversaciones que tuve con un amigo el me comentaba que estuvo saliendo con una de estas chicas “cabronas” que no se porto nada bien con el, que mientras estaba con él se acostaba con otro  y aunque estuvieron poco tiempo él se enamoro locamente de ella y no se deshacía en  esfuerzos en demostrarle cariño, llamándola mil veces, mandándole mensajes bonitos en fin intentando por todos los medios de demostrarle su afecto y hacerla sentir como una reina, mientras que la otra se liaba con uno  y le mentía descaradamente. 

Lo que me sorprendido bastante es que este mismo chico me decía que hace unos meses estaba saliendo con una chica guapa, simpática, cariñosa  en fin una niña muy buena y que se portaba bastante bien con el  , pero que por su parte le costaba ahora darle muestras de cariño y mostrarle afecto y aun mas me decía que le parecía hasta  pesada porque la chica se preocupa por el.

Oír esto me  asombro y me dejo pensando en muchas cosas y entre ellas esta lo que plantee al principio del articulo los hombres se agobian con las niñas buenas, prefieren a mujeres oportunistas, caprichosas, dominadoras, vengativas, manipuladoras, mentirosas, aquellas que son criticadas y demonizadas, pero siempre se quedarán con los chicos y lo peor es que  ellos se morirán por sus huesos.

Generalmente estas chicas, llevan las riendas de la pareja, ya sea en forma manifiesta o solapada y a veces, exhiben actitudes típicamente masculinas; otras, van de tontas y sumisas, pero manipulan a su antojo al hombre haciéndole creer que el poder lo tiene él. Son astutas y saben usarlos en todo sentido, en general, sin que ellos lo noten. Y en muchos casos, aún a conciencia, el varón participa gustoso del juego de "trapo de piso".

Cuando son infieles, pueden ser más cínicas que los varones, y llegar a extremos inimaginables de deslealtad. Y conocen muy bien las debilidades masculinas: saben que si lo abandonan por otro, su hombre hará lo imposible por reconquistarlas, aunque lo hayan pisoteado como a una cucaracha. Porque no hay nada que deje más herido, derrotado y enamorado a un hombre que la certeza de haber sido remplazado por otro. Y no importa cuánto lo haya humillado el engaño, siempre intentará recuperar lo perdido, en nombre de su honor de macho (¡el pobre…!)

Obvio que esa clase de hombres le caben como anillo al dedo a las mujeres malas. Algunos dicen, incluso, que las merecen. Porque, como dice otro proverbio, "se necesitan dos para el tango". El hombre que gusta de las mujeres malas es, cuanto menos, responsable de su condición y de su elección.

Las mujeres malas no aman, sólo se sirven del otro, por eso nada más les importa su bienestar. Se sienten bien con aquellos hombres que no las contradicen, que aceptan todas sus condiciones y que, incluso, les tienen miedo. Y por eso nunca sufren por amor. Eso lo dejan para los hombres que mueren por ellas.

Casi no me queda  duda: aunque no lo reconozcan ni por orden de un juez, ellos prefieren a las mujeres malas. La gran pregunta es: ¿son tontos los hombres que las eligen, o las tontas somos aquellas que las miramos estupefactas, pero morimos de envidia porque a ellas nunca les rompen el corazón?

Cristina Sánchez