VISITA A LAS PIRAMIDES DE EGIPTO


Nuestro séptimo día lo dedicamos a ver a las fabulosas y conocidas pirámides de Egipto, Jorge II nos recogió a las 10 de la mañana para empezar nuestra excursión que consiste en visitar  la pirámide escalonada de Sakkara, piramides de Dashur, las piramides de Giza y la gran esfinge.

Casi siempre cuando pensamos en las pirámides, lo primero que visualizamos son a las pirámides de Guiza, pero lo que no sabemos es que estas fueron las ultimas pirámides, es decir son aquellas perfeccionadas. Para hablar de ellas nos tenemos que remontar 3000 años a.C., para conocer el inicio de la historia de Egipto. El Cairo era la ciudad fronteriza de los dos Estados divididos en dos reinos el Alto Egipto y el Bajo Egipto. El Alto Egipto era lo que se conocía como Tebas, donde vimos el templo de Karnak, el templo de Luxor, la región de Edfú y el templo de Abu Simbel. El Bajo Egipto era conocido como Menfis, que va desde el Cairo hasta Alejandria y donde encontramos a las pirámides.


El Faraón era el dueño absoluto de todo, la figura de gobierno era el Faraón, el disponía de toda la producción y la repartía según las necesidades. Se desarrollo la minería y la ingeniería, lo que consiguió alcanzar proyectos colosales, sobre todo gracias a la cooperación de todo un pueblo. Es en este momento en el que podemos hablar de un nuevo periodo, el inicio del Antiguo Egipto, y es en esta época en la que tenemos que situar cronológicamente, la creación de la Necrópolis de Guiza.

Este periodo se inicia bajo la Dinastía III, la capital se estableció en Memfis, y es esta dinastía, bajo el mandato del Faraón Dyeser, donde los egipcios comienzan a erigir esas maravillosas y colosales construcciones llamadas Pirámides. Tras la V dinastía, el Antiguo Imperio comienza su decadencia, con la llegada de los sacerdotes y los gobernadores locales, se inicia la siguiente etapa, el Primer Periodo Intermedio hasta llegar al imperio nuevo que es cuando se empiezan a edificar los templos que es lo que vimos en la primera etapa del viaje.

No se pueden entender las pirámides sin conocer sus creencias, ya que ambas están relacionadas. Los egipcios creían en la vida después de la muerte, para lo que toda su vida se dedicaban a prepararse a la espera de ese momento. El libro de los muertos, es una prueba de ello, una guía de como se debe preparar el cuerpo y el alma para ese transcendental evento. Tras la muerte, el espíritu o Ka, éste se dividía en dos, el Ba o alma y el Akh o espíritu. De las dos partes, el Ba acompañaba al difunto en su tumba, el cual podía moverse a su antojo, mientras que el Akh, era enviado directamente al inframundo de Osiris, quien se encargaría de juzgar el espíritu del muerto. Para saber que vida había vivido Anubis depositaba el corazón del fallecido en un lado de una balanza, al otro extremo, Ma’at (diosa de la verdad y la justica), depositaba la pluma de la verdad. Si la balanza no se mantenía en equilibrio, el difunto sufriría eternamente una infinidad de castigos pero, si por el contrario la balanza se equilibraba, significaba que era merecedor de vivir en el gran reino. 

Aquí es donde nace la necesidad de crear una construcción duradera, eterna, ya que el alma del difunto viviría eternamente. También necesitaría todo lo que tenía en este mundo, puesto que la creencia de los antiguos egipcios era que los difuntos podrían llevar una vida en el gran reino, igual que la que pudieran llevar cuando estaban vivos. Motivo por el cual, en los enterramientos se introducían muebles, joyas, ajuares, alimentos y entretenimientos o juegos.

Durante este periodo solo el Faraón era el único que tenía posibilidad de una vida más allá. Por ese motivo, sus construcciones son tan colosales. En épocas posteriores, todo el pueblo podría llegar a vivir una vida eterna si su corazón pasaba la prueba de la balanza. Por esta razón, para construir la casa que va a ser el hogar de un Faraón se tenía que invertir mucho tiempo y recursos, por lo que cuando un faraón accedía al poder, inmediatamente se ponía en marcha la construcción de la que será su casa . 

Pirámide escalonada de Sakkara

Después de esta breve explicación, la primera parada que hacemos en Sakkara, a 30 km al sur del Cairo, donde encontramos la primera pirámide escalonada, que fue encargada por el faraón Djoser, se hizo aproximadamente en el año 2750 a.c y se tiene conocimiento que fue imhotep fue el responsable de su diseño. Esta pirámide es un poco rara, porque no parece una pirámide, sino más bien una escalera. La verdad, es que eso es lo que los egipcios quisieron que pareciera, pues gracias a ella pensaban que el espíritu del faraón que la construyó, Dyeser, podría subir al cielo para reunirse con los dioses y faraones muertos.


Luego de hacer esta visita y tomar unas fotos, nos dirigimos al recinto de Dashur que queda a 2 Km de la necrópolis de Saqqara. En la localidad, se encuentra un conjunto piramidal que reúne las dos pirámides de Seneferu, de la IV dinastía (la roja y la acodada o romboidal, única en Egipto), y las de la XII dinastía de los reyes Amenemhat II, llamada pirámide blanca, Senusert III y Amenemhat III, conocida esta como pirámide negra.  

Pirámides en Dashur

El Faraón Seneferu, primer faraón de la IV Dinastía, mando a construir dos pirámides de gran importancia considerandose la siguiente etapa en la evolución de las pirámides, fue la construcción ordenada por el rey Seneferu, y es la llamada "pirámide romboidal", o "piramide acodada", que se considera una etapa intermedia entre la "pirámide escalonada" y la "pirámide clásica", o de caras lisas. En la pirámide romboidal las caras están conformadas con dos pendientes de inclinación decreciente en dirección a la cumbre. Pero, el Faraón la debio considerar como una autentica  chapuza de 105 metros de altura y con una base de casi 189 metros de lado no digno para un  'dios perfecto'. 


Es por ello que el Faraón Seneferu ordenó construir otra pirámide, a poco más de un kilómetro de distancia al norte de la anterior. Es posible que la obra empezara cuando todavía los trabajadores estaban terminando (mal) la Pirámide Acodada, por lo que el esfuerzo económico y de mano de obra debió de ser descomunal.

También vale la pena destacar que junto a esta pirámide romboidal, el faraón Seneferu mando a construir una pequeña pirámide para su esposa principal Hetepheres I, la madre de Jufu (Keops).


Para curarse en salud, los arquitectos de la llamada Pirámide Roja optaron por construirla sobre un suelo más firme y en un ángulo de 43º 22', el mismo de la parte superior de la Acodada, haciendo que la base fuese muy ancha y distribuyera el peso y las tensiones en un área más grande.  Seneferu ya era un hombre mayor, llevaba por lo menos 20 años reinando, puede que más, y su tumba tenía que estar terminada antes de su muerte. El edificio tuvo que acabarse en un tiempo récord, que ha sido estimado en 10 años y medio. El resultado es una estructura elegante y bien ejecutada de unos 105 metros de altura y con una base de unos 220 de lado. Es la tercera pirámide más grande de Egipto, detrás de las de Keops y Kefrén, y mucho más grande que la de Micerinos, la tercera que completa la inconfundible vista de Giza. 

El resultado debió de satisfacer al rey, porque el nombre de 'Aparición' fue traspasado a la Pirámide Roja, mientras que la Acodada acabó rebautizada como 'Aparición del Sur'.


Esta pirámide fue construida con bloques de piedra caliza roja y revestida con bloques de piedra blanca de Tura aunque éstos desaparecieron con el tiempo. Es la única construcción de estas características que tiene las cámaras funerarias por encima del nivel del suelo.  

Como en esta pirámide se podía ingresar aproveche para entrar con nuestro guía en el Cairo Jorge II, ya que no son pirámides muy visitadas y no había mucha gente, y la verdad es que valió muchísimo la pena, porque puedes hacer la visita tranquilamente y no tiene nada que envidiar a las pirámides de Guiza, ya que su interior es igual, y no vas con un montón de personas, por lo tanto si podéis entrar a esta os lo recomiendo, disfrutareis mas la visita en su interior. 

Aunque se supone que tienes que pagar para tomar fotos en el interior, al final al de seguridad de la entrada le das algo y se hace el loco ;). Al principio casi me hecho para atrás para entrar porque la entrada se ve super empinada y oscura, pero como Jorge iba entrar conmigo me anime y lo hice, para entrar debes ir en cuclillas y bajar por una rampa super inclinada, luego llegas al fondo y puedes ver hacia arriba en angulo de la pirámide y para ver donde estaba el cámara funeraria en donde dejaban los restos, tienes que ir por otro pasadizo (donde han construido unas escaleras para acceder), según me explico jorge esto lo hacían para engañar a los posibles ladrones. Eso si hace muchísimo calor en el interior y solo te puedes imaginar como hicieron para realizarla porque debían trabajar en la oscuridad y con una temperatura inhumana. 


Para terminar nuestra visita en Dashur nos acercamos para ver la Pirámide Negra ,aunque ésta no se puede visitar en la actualidad.Esta pirámide fue construida por orden de Amenemhat III durante el Imperio Medio de Egipto (c. 2040 - 1795 a. C.). El nombre de la pirámide es reciente, inspirado por el aspecto oscuro de las ruinas. La principal particularidad de esta pirámide consiste en que fue la primera tumba concebida para enterrar al faraón junto con sus princesas, disponiendo para ello de dos corredores separados. Sin embargo, el faraón la abandonó e inició una nueva pirámide en Hawara.


Terminada nuestra visita en el recinto de Dashur nos ponemos rumbo a las Pirámides de Giza que queda mas o menos a 29 km de este recinto, unos 60 minutos con el trafico habitual del Cairo. 

Las Pirámides de Giza

La Necrópolis de Giza, donde se encuentran las pirámides, está a unos 25 km al suroeste del centro de la ciudad de El Cairo, y a 8 km fuera de la ciudad antigua de Giza. Sin embargo, debido al crecimiento continuo de El Cairo, el desarrollo de ciudad llegó hasta la frontera con el desierto de las pirámides. Por lo tanto si vais pensando que estas piramides se encuentran en mitad del desierto como yo, os vais llevar un golpe de  realidad, ya que parece que la ciudad se las va a engullir, caso distinto de las piramides de Dashur que dan una mayor sensación de estar en el desierto. 

Antes de continuar con la explicación quiero darles una recomendación para que no caigáis en el timo que caí yo, Jorge II , nos dejo en la puerta  donde se compran las entradas y quedamos en encontrarnos en el parking justo al lado de la pirámide de keops, por lo tanto mi madre y yo, nos bajamos del coche compramos las entradas, mientras que mi padre y Jorge nos esperaban en la parte de arriba donde pueden aparcar los coches. 

Justo después de entrar se nos acerca un hombre vestido con una túnica blanca y con un carnet diciendo que le mostremos las entradas,  que el era un oficial de policía turística, nosotros se las enseñamos y nos dijo que el gobierno les habían encargado para recibir a turistas y señalar el camino de la visita. Hasta aquí todo correcto, bueno el hombre diciéndonos por donde ir y nos recomendó donde tomarnos una foto, ingenuas nosotras pensando en la buena voluntad del hombre le hicimos caso, cuando de pronto de un momento a otro nos dice que le teníamos que pagar 400 LE, claro yo enfadada sin entender nada y dándome cuenta que había caído en una estafa saque 100, el hombre empezó a hablar en un tono un poco mas brusco y para que nos dejara en paz le di otras 100 libras y cogí de la mano de mi madre dejandolo hablando solo, sintiéndome bastante pardilla.  Cuando nos encontramos con Jorge le contamos lo que nos paso y nos explico que los oficiales de la policía turística la mayoría son corruptos, y tratan de hacerse "su agosto" con la ingenuidad de los turistas, por lo tanto si vais ignorarlos por completo y no entrar a su juego, igualmente no aceptéis que nadie os haga una foto, ni una foto con camellos ni nada porque cualquier cosa os la cobraran en su peso en oro, por ninguno hay buena voluntad. 

La segunda recomendación que os doy es evitar montar en camello o en calesa, primero porque a los pobres animales se les exige mas de lo que pueden dar, haciendo carreras en la parte del desierto que tienen, llevando a mas gente de la que pueden llevar, explotandolos de una manera cruel, por tanto los invito a que no fomentemos esa explotación animal , y por otra parte según nos contaron otros turistas que os van a cobrar una cosa primero y luego te trataran de cobrar el doble del precio pactado. 

Bueno después de haber caído en esta estafa, decidimos no amargarnos y seguir la visita, pero ahora evitando a todos los que se nos acercaban ofreciendo un sin fin de cosas. 

La gran Esfinge de Giza


Lo primero que te vas a encontrar es a la Gran Esfinge de Giza desde donde tienes unas vistas impresionantes de las Pirámides de Keops, Kefren y Micerinos y podrás hacerte la típica foto turística.


Custodiando las Pirámides de Egipto se encontrará a la Esfinge. Esta majestuosa criatura de 20 metros de altura y 50 de longitud representa al faraón Keops. Su nariz fue destruida por un cañonazo durante la campaña de Napoleón en Egipto, a principios del siglo XIX, y su barba se custodia en el Museo Británico de Londres.

Emplazada en pleno desierto, a poca distancia de la pirámide de Kefrén, fue construida presuntamente alrededor del siglo XXVI AC, formando parte del complejo funerario de este faraón, durante la dinastía IV de Egipto.

La esfinge de Giza era llamada por los antiguos egipcios como “shesep-anj”, “(imagen viviente”) y por los árabes como “Abu el-Hol” (que significa “’Padre del Terror”), corrupción de la expresión copta “bel-hit”, que se aplica a quien manifiesta su inteligencia en los ojos y que traduce la denominación egipcia “hu” o “ju”, que significa “el guardián” o “vigilante”.



La autoría de este monolito, considerado uno de los más grandes del mundo, es incierta, aunque se le atribuye a dos faraones del Imperio Antiguo. La primera hipótesis, como ya se mencionó anteriormente, sugiere que fue construida en tiempos del faraón Kefrén, y se basa en la similitud de estilos arquitectónicos entre este monumento, el complejo funerario que rodea a la segunda pirámide, la calzada y el Templo del Valle que también forma parte del conjunto construido por este monarca. La cara humana sobre el cuerpo de león de la esfinge correspondería entonces a la del Faraón Kefrén o tal vez a la de su padre, Khufu (Keops). Pero la evidencia no es concluyente, pues partes del texto se perdieron durante una re-excavación en 1925.

Otros arqueólogos aseguran que la Esfinge ya existía en tiempos de Keops (padre de Kefrén), basándose en pasajes escritos en algunas estelas desenterradas por los arqueólogos, según esta teoría fue Djedefrael (tercer faraón de la dinastía IV de Egipto) hijo de Keops y sucesor de este y hermano de Kefren,quien erigió la Gran Esfinge de Guiza como un monumento a su padre fallecido . 

Algunos eruditos, basándose en la orientación astronómica del monolito, creen que su antigüedad sería de unos 12 mil años, mientras que otros, basándose en la teoría del desgaste climático, proponen una edad de al menos seis milenios. Estos últimos científicos opinan que el estado de deterioro de la Esfinge no es compatible con su antigüedad oficial, pues lo consideran obra de lluvias torrenciales que no se producen en la meseta desde miles de años antes del Imperio antiguo. Por lo tanto con certeza todavia no se tiene claro quien la construyo. 

Pirámide de Keops


Justo al lado derecho de la Gran Esfinge encontramos a la Gran Pirámide que alberga la cámara funeraria de Keops.  Es la piramide más grande de todas, cuyas dimensiones son de 146 m de altura y 230 m de ancho.  

Para su construcción se calcula que se emplearon mas de 2.400.000 bloques de piedra, algunas de ellas con un peso de aproximadamente 60 tn. Consta de tres cámaras principales a las cuales se accede por su cara norte, situada a 18 metros de altura. En el lado este hay tres pirámides que pertenecen a tres reinas. En el lado oriental hay restos de un templo y de una ciudad funeraria para los obreros, sacerdotes, etc. No se ha conservado prácticamente nada de esta ciudad


Poco se sabe realmente sobre Keops más allá de lo que escribió el historiador griego Heródoto (quien visitó Egipto en el siglo I a.C. para tratar de recopilar sus vivencias.  Los datos que han logrado llegar hasta nuestros días nos dice que nacio a lo largo de los años finales del 2.400 a.C. con el nombre de Jhufu o Jnum-Jufu, término que vendría a significar «Jnum [el dios creador] me protege».

Keops fue el término griego con el que le denominó Heródoto después de haber investigado en primera persona la vida del segundo faraón de la Cuarta Dinastía. Keops era el  hijo de Snefru y Heteheres I, su padre era amado por el pueblo (que lo consideraba un buen y un bondadoso gobernante) y había dirigido además varias expediciones militares exitosas contra los nubios y contra los libios. Por el contrario, su madre no era una mujer de alta cuna.

Keops también vivió una época en la que el culto funerario había cobrado una importancia desmesurada para el desarrollo egipcio. Y es que, la obsesión de los líderes de la región de ser inhumados en mastabas primero, y pirámides después, provocó que se creara toda una economía alrededor de los enterramientos. Keops vio con sus propios ojos como su propio padre construía varias pirámides (algunas de las cuales se vinieron abajo) hasta hallar una que estuviera a la altura de su grandiosidad (la piramide roja). Al final, Snefru tuvo que hacer uso de su tumba cuando Jhufu contaba entre 23 y 27 años. Su relevo político lo tomó él, que inició un reinado que se extendería entre 23 años de 2589 a 2566 a.C. 

Keops se casó hasta cuatro veces. Entre sus esposas destacaron Henutsen y Meretites I. Ambas, hermanas suyas o mediohernanas. Con ellas llegó a tener varios hijos. Una práctica, del todo, habitual entre los faraones, quienes la entendían como una forma de evitar que su linaje se manchase con sangre plebeya. «Entre sus múltiples hijos hay que reseñar a Micerinos y a Khaefra», aunque vale la pena destacar que  le sucedieron cuatro de sus hijos: Dyedefra, Jafra (Kefrén), Dyedefhor y Baefra, que reinaron uno tras otro a la muerte de su padre.

Heródoto afirmo que Keobs destacó como un gran líder militar. Un ejemplo de ello es que envió partidas militares fuera de los territorios de Egipto para mantener a raya a los nubios y a los nómadas que se dedicaban a atacar (de una forma sumamente molesta) a las caravanas de comercio egipcias.

Más allá de algunos datos biográficos, su vida gira  principalmente entre leyendas o mitos sobre su persona, Herótodo, afirmó en sus textos que Keops reinó 50 años, se atrevió incluso a señalar que Keops prostituyó a su propia hija para poder pagar la finalización de su «Gran Pirámide» y afirmo que «A tal extremo de maldad llegó Keops que, por carecer de dinero, puso a su propia hija en el lupanar con orden de ganar cierta suma, no me dijeron exactamente cuánto. Cumplió la hija la orden de su padre, y aun ella por su cuenta quiso dejar un monumento, y pidió a cada uno de los que la visitaban que le regalara una sola piedra; y decían que con esas piedras se había construido la pirámide que está en medio de las tres, delante de la pirámide grande». Pero, esta visión que afirma que era un déspota, no esta contrastada y mas bien es una visión que fue ofrecida a Heródoto por los sacerdotes egipcios de la época. Los herederos de aquellos religiosos a los que el monarca arrebató el poder en el momento en que sucedió a su padre.  La documentación más fidedigna nos dice que Keops centralizó el poder sobre su persona de una manera brutal y eliminó muchos de los privilegios que tenían los sacerdotes, lo que provocó gran aversión hacia él y generó una leyenda negra que ha llegado hasta hoy.

Pero entre los datos verdaderos más destacados sobre su persona que podemos encontrar es que ordenó construir una gigantesca pirámide en Guiza (la futura « Gran Pirámide») para enterrarse cuando falleciera. Su construcción fue una de las grandes obsesiones del faraón, quien organizó varias expediciones militares a los alrededores de Egipto con el objetivo de conseguir ricos materiales con los que su complejo funerario pasase a la eternidad. 

Otra leyenda que ronda sobre la figura de Keops, es que llevo a Egipto a una crisis económica brutal, pero esto esta nada más lejos de la realidad: «Es una leyenda que escribió Heródoto y que, posteriormente, han ido replicando los historiadores. La documentación fidedigna nos dice que no esquilmó Egipto. De hecho, sus sucesores pudieron construir dos pirámides más después de su muerte. La realidad es que Keops fue un muy buen administrador que concentró mucho el poder en su persona». Al final, se podría decir que este faraón hizo algo que, posteriormente, se generalizaría: dedicar todos sus esfuerzos y los del pueblo egipcio a edificar un monumento funerario que pasaría a la historia. Algo que ya había hecho su padre.

El último mito sobre Keops es el que afirma que instauró un culto propio. Son varios los autores que corroboran este hecho. Sin embargo, la realidad no es que el se haya proclamado como un dios, sino que descendencias venideras llegaron a considerar el nombre de este faraón como sinónimo de santidad y buena suerte. Incluso se llegó a escribir en las tumbas de los fallecidos como «símbolo de santidad y protección». Sin embargo, también señala que esta religión centrada en el monarca cayó en desuso «durante el Imperio Medio y Nuevo».

Keops dejó un enigma más después de morir. Y es que, cuando los arqueólogos entraron en la tumba, no hallaron la momia del faraón en ninguna de las tres cámaras de la edificación (la del rey, la de la reina o la subterránea). Como explicación se han barajado varias teorías. Entre ellas, la que afirma que existe una cuarta sala en la que se encuentran los restos del gobernante acompañados de un gigantesco tesoro. Heródoto, durante su viaje, ya afirmó que la momia no estaba dentro de la pirámide. Él explicó que se había ordenado la construcción de una meseta subterránea para enterrar al faraón. A partir de ese punto, las teorías son muchas Y todas se basan en que hay un gran sarcófago vacío en la cámara del rey que fue puesto durante la construcción de la pirámide, pues es más ancho que los corredores. La idea más extendida es que la pirámide fue abierta por los musulmanes en los siglos X y XI, aunque otros dicen que fue saqueada incluso antes. Personalmente soy partidaria de esta última. En el Valle de los Reyes, de las dinastías XVIII a XX, las tumbas se saqueaban nada más enterrar al faraón. ¿Por qué en estas no se iba a hacer algo parecido?

Por tanto vemos que su vida y muerte, fue y es muy interesante y como toda la historia de Egipto esta llena de Mitos y leyendas, y probablemente nunca sabremos que es falso o verdad.

Bueno después de esta biografía de Keops , a pocos metros de esta gran Pirámide encontramos la de su hijo Kefren que también se hizo construir otra magnífica pirámide. 

Pirámide de Kefren 

Al estar situada en un terreno más elevado da la impresión que su tamaño es mayor de la de Keops, por lo que durante algún tiempo tuvo la denominación de Gran Pirámide. Sin embargo sus 143 metros son insuficientes para desbancar a la pirámide de Keops de ese privilegio, pero lo que si se puede destacar de esta es que ha conservado mejor su adorno externo. La pirámide consta de dos entradas, una a nivel de calle y otra situada a 12 metros sobre la principal. Su interior fue saqueado y nunca se llegaron a encontrar los restos ni los tesoros del faraón.


Kefren subió al trono de Egipto tras la muerte de su hermano Djedefre, convirtiéndose en el cuarto faraón de su dinastía. Aunque su sucesión al poder también esta llena de enigmas y sobre todo  la historia de su antecesor Djedefre y  de porque  Kefren fue quien accedió al trono y no su hijo como seria lo normal. 

Tan escasos son los datos que poseemos sobre él que ni siquiera sabemos cómo se escribe su nombre, pues aparece transcrito como Djedefre o Redjedef. En principio, se trata de uno de esos reyes oscuros sobre los que se pasa de puntillas cuando se estudia la historia de Egipto. Lo que se sabe es que dejó un complejo funerario monumental, con una pirámide comparable por sus dimensiones a la de Micerino, en Gizeh, aunque hoy día está prácticamente en ruinas. 

Sabemos que el accedió al poder porque su hermano mayor y legitimo sucesor murió en vida de Keops y por tanto le correspondió a el . 

En cuanto a la duración de su reinado, de nuevo se plantea el problema de la escasez de los datos y su difícil interpretación. El Canon Real de Turín –un documento fechado en época de Ramsés II que menciona los nombres de los reyes de Egipto desde el principio de su historia– deja en blanco el lugar donde debería aparecer el nombre de Didufri, pero anota al lado que su reinado duró ocho años. A partir de este dato, algunos estudiosos sugieren que Didufri reinó nueve años. Sin embargo, investigadores como Miroslav Verner ponen en duda la exactitud de las fuentes del compilador del Canon de Turín para las dinastías IV y V.

Por otra parte, en la pirámide de Keops, en uno de los fosos destinados a los barcos funerarios del faraón, se descubrió un grafito con el nombre de Didufri, que menciona el censo décimo o decimoprimero del reinado. Ello indicaría un reinado con al menos un par de años más de los que consigna el mencionado Canon, aunque también hay que tener en cuenta que los censos en ese período eran irregulares y no tenían por qué ser anuales o bianuales. Ante esta situación tan incierta sólo podemos suponer que Didufri reinó alrededor de una decena de años, quizás uno más.

Didufri fue el primer faraón que se declaró Hijo de Re, nombre que desde entonces sería añadido a la titulatura real, formada ya por los nombres de Horus, Nebty (las Dos Señoras, es decir el buitre y la cobra que simbolizan el Alto y el Bajo Egipto), Horus de Oro y Nesu-Bity (el del Junco y de la Abeja, que equivale a Señor de las Dos Tierras). Hay que considerar este nuevo título como un elemento más en el llamado «proceso de solarización» de la monarquía egipcia, es decir, la transformación progresiva del dios solar Re en divinidad estatal de Egipto.

A la muerte de Didufri se produjo seguramente una nueva lucha por el trono, en la que quizás intervino alguno de sus hijos, como Baka o Setka. Así lo sugiere la aparición de un nombre real terminado en -ka en la pirámide inconclusa de Zawiyet el-Arian. Pero, si hubo conflicto, quien salió finalmente victorioso fue el hermano de Didufri, Kefrén, constructor de la segunda mayor pirámide de Egipto. Hay varias hipótesis que explican esta ruptura en la tradición de confiar el poder a su hijo.

- Es posible que el hijo de Djedefrê, Setka, muriera antes de que él pudiera reinar,
- Tal vez Setkan no tenía la edad suficiente para gobernar y fue removido del poder,
- Puede haber habido un conflicto entre el hijo y el tío que recurrió a la victoria de Kefren,

Por el momento, ninguna huella arqueológica apoya una de estas hipótesis, ni propone otras, por supuesto. Por lo tanto este es uno de los grandes misterios que rodean a la sucesión de poder de Krefen y que como muchas otras cosas de la epoca quedaran inconclusas por ahora. 

Parece que Kefren reinó 23 años, de -2518 a -2492, pero este razonamiento se basa en pocos elementos arqueológicos. Fue llamado por los antiguos egipcios como "Khafrê", pero también Khafra o Khafre o Chafre o Kefren. También se encuentra bajo el nombre Suphis II. Kefren es su nombre griego. El historiador griego Heródoto escribió que Kefrén reinó más de cincuenta años y que en su época Egipto se encontraba en la mayor indigencia, ganándose el desprecio de su gente, pero esto se contradice con la construcción de sus templos. Al igual que su padre, Kefrén construyó una gran tumba siguiendo el modelo de pirámide perfecta.

A pesar de los múltiples estudios realizados, el reinado de Kefrén sigue estando velado por un halo de misterio, pero su legado sigue vivo en las maravillosas construcciones y esculturas que se realizaron durante su paso por el mundo de los mortales.

Pirámide de Micerino

La tercera pirámide que encontramos en Giza es la pirámide de Micerino (nombre helenizado) o de Menkaura (según su nombre egipcio) es la menor de las tres célebres pirámides de la necrópolis de la meseta de Guiza. A Menkaura, faraón de la dinastía IV, se le atribuye ordenar construir esta pirámide. Conocida en su época como la "Pirámide Divina".

Se cree que después de la enorme inversión del país en las pirámides de Keops y Kefren, se crearon dos corrientes opuestas. La obligación o la moda real de construir una pirámide, por un lado, y la falta de recursos y el cansancio y el descontento popular por otro.

Se eleva a una altura de 65,5 m. de altura y 105 m. de lado; si bien sus dimensiones son más reducidas que las anteriores estaba destinada a ser la de mayor belleza ya que se pensó cubrir la totalidad de su superficie con granito rosado de extraordinaria calidad procedente de las canteras de Asuán y el resto de piedra caliza de Tura. El proyecto no se llevó a cabo, quizá por la relativa brevedad del reinado de Micerino o por la falta de medios materiales, teniendo en cuenta que las obras funerarias de los faraones anteriores arrastraron un importantísimo coste material y humano.

En la actualidad, la pirámide se halla desprovista de casi todo su recubrimiento, pudiéndose observar las regulares hiladas que conforman su núcleo. Lo único que se conserva es la parte del granito, situado en la base. En la cara norte del edificio, la pirámide presenta una apertura aparentemente hecha por el hombre.

Durante el siglo XX, las exploraciones arqueológicas encontraron objetos de interés, especialmente, un sarcófago de basalto que albergaba en su interior un ataúd de madera con una momia. El sarcófago de basalto, se perdió durante el transporte frente a costas españolas y se especula sobre la posibilidad de que perteneciese al propio Micerino.


Entre lo que mejor se puede destacar de Micerino fue su política social que quedó patente en el siguiente decreto real: «Su Majestad quiere que ningún hombre sea obligado al trabajo forzado, sino que cada cual labore a su gusto». Dicha orden, redactada y rubricada por un escriba, se refería a la construcción de una necrópolis y a la contratación de 50 obreros, e incluye el salario que debían percibir los trabajadores.

En el Egipto de la IV Dinastía, esa medida fue profundamente innovadora. Por consiguiente, a nadie debería extrañarle que las relaciones entre «El eterno como las almas de Ra» (significado literal de su nombre) y la nobleza resultaran algo tensas.

Su reinado empezó con muy mal pie, en virtud de una maldición divina dada a conocer por el Oráculo de Buto. Con mucha malicia, algunos sacerdotes hostiles le advirtieron que tan sólo ocuparía el trono durante seis años, tras los cuales perecería a fin de purgar sus faltas. A grandes rasgos, el «pecado» de Micerino consistió en divulgar el concepto de que la inmortalidad no era patrimonio exclusivo del rey, sino de todos los hombres. Los rituales sacerdotales para entrar en la vida eterna representaban hasta entonces un privilegio real y de las clases pudientes. 

Según algunas fuentes, Micerino habría ordenado encender a diario las antorchas del palacio apenas anochecía, alargando así la jornada para burlar la profecía. Se supone que lo consiguió, pues de acuerdo con la bibliografía especializada su reinado se prolongó entre 25 y 60 años. 

Por tanto Micerino destaco y tiene una gran posición en la historia de Egipto es porque aparte de anular numerosas leyes represivas dictadas por sus antecesores, Micerino impulsó inusitadas medidas sociales.

Los biógrafos de este faraón, empezando por el griego Herodoto, no escatimaron elogios a la hora de alabar su gobierno. «Si las pirámides eran la prueba perpetua de que en Egipto reinaban los dioses, la libertad que él dio a su pueblo era la prueba perpetua de su amor hacia ellos» dejó escrito el historiador griego. No obstante, es necesario matizar que éste recogió su versión de los sacerdotes egipcios, quienes habían declarado malditos a sus predecesores y que tenían sobradas razones para sentir mayor simpatía por Micerino, debido a su decisión de reabrir los templos y financiar sus actividades con cargo al tesoro real.

Otra cosa que podemos destacar de este Faraón que al contrario de sus antecesores, fue el gran interés que tenia por la ciencia y el conocimiento y es por ello que cuando el califa árabe Al Mammun desvalijó la zona en el 800 explicó a sus allegados que en el interior de la pirámide, lejos de hallar las esperadas riquezas, encontró mapas astronómicos, cartas de navegación, extraños metales y un «cristal que no se rompía» (sic).

Después de este paseo por la historia de estas magnificas pirámides y de la vida de sus protagonistas, que a mi simplemente me envolvieron y me generaron tantas curiosidades, subimos a uno de sus miradores y fue en ese instante que me di cuenta que la vida, nos ha regalado en este momento y en este instante la oportunidad de contemplar  la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que ha sobrevivido, y en mi cabeza solo retumbaban las palabras que dijo Napoleón al verlas desde aquí, que espero que si podéis admirarlas recuerden: “Desde lo alto de esos monumentos, más de 40 siglos os contemplan".


Para finalizar este día maravilloso, nos reunimos con unos grandes y especiales amigos en el Cairo, El anterior Embajador de Egipto en Colombia,su Exc. Mohamed Khairat y su preciosa  y distinguida esposa Sherifa, que nos invitaron a disfrutar de un espectacular comida egipcia, con un delicioso vino Rose y deleitándonos con las vistas al Nilo, en el Nile Diplomatic Club. Este día no podía haber terminado mejor.





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ITINERARIO DE VIAJE 

Día 4. Visita Templo de Edfu y Templo de Kom Ombo 
Día 7. Visita de la pirámide escalonada de Sakkara, piramides de Dashur, las piramides de Guiza y la gran esfinge. 
Día 10. Traslado para el aeropuerto internacional.




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