"DE LAS AGUAS MANSAS LÍBRAME SEÑOR QUE DE LAS BRAVAS ME LIBRO YO”
Detesto
y me causa repulsión aquellas personas
que intentan torcer las cosas para que siempre te convengan,
situarse como portador de sanas costumbres, elevada moral, ajustamiento a leyes.
Convertirse en sancionador de conductas que no son moralmente aceptables,
denigrar y despreciar a otros por ello... Y al mismo tiempo sostener, en un
segundo plano y de manera oculta o clandestina, conductas en sentido
diametralmente opuesto, comportándose en idéntica línea que aquellos a quienes
se ha criticado o menospreciado.
A menudo se escucha a muchas personas e incluso nosotros mismos, criticar fácilmente sobre cualquier tema, mostrando también un alto grado de exigencia hacia los demás y muchas veces poca tolerancia, pero quienes ejercen esas críticas, en su mayoría jamás han experimentado en su vida lo que exigen y critican.
Me indigna la doble moralidad. Siempre he
considerado que para criticar a alguien o aprobar o desaprobar a una persona se
debe tener cuidado y la boca muy limpia.
Es
bastante cuestionable cuando encuentras a personajes que se dedican a destripar
a otros y lanzar juicios de valor , cuando personalmente son bastante
cuestionables sus acciones.
Siempre
he sido bastante autocritica conmigo misma, como a todos no me gusta oír
reproches sobre mi persona, pero intento encajarlos de la mejor manera posible,
soy más consiente de mis defectos que de mis virtudes, pero me repugna que
alguien intente cuestionar o lance un juicio de valor sobre mi o sobre
cualquiera cuando no ha visto la viga propia antes que en el ojo ajeno. Por todo esto creo que la crítica y la exigencia comienzan por uno mismo.
Estas actitudes me parecen un desparrame de hipocresía pura y dura , Por virtud o defecto o como
se quiera ver , no soy una persona hipócrita ni me gusta bailar sobre dos aguas
, soy incapaz de alabar algo que me desagrada o me parece injusto o intentar
ser amable con alguien a quien no estimo y mucho menos aprobar conductas aunque
sean de mis amigos cuando dentro de mi valoración personal me parecen erróneas
y mucho menos aquellas que en mi esfera personal no apruebo , no estimo y no aceptaría.
Por esta razón cada
día le doy más razón a la rúbrica que dice “De las aguas
mansas líbrame señor que de las bravas
me libro yo”.
Os dejo este poema dedicado a todos aquellos Hipócritas que
desafortunadamente sobran en este mundo y son dañinos para cualquier sociedad y
demuestra una escasez absoluta de honestidad.
.
Hipócritas
Apártense de mi camino! ¡Hipócritas!
buscan amistad
cuando no pueden solos. ¡Hipócritas!
buscan amor
cuando no soportan sus propias miserias .¡Hipócritas!
valoran al otro
según sus propias necesidades. ¡Hipócritas!
hablan de amor
cuando hambrientos de carne están. ¡Hipócritas!
ratones de laboratorios,
no aceptan ni su color de cabello
y pretenden ser amados por como son. ¡Hipócritas!
escorias de la sociedad no toleran a sus diferentes
porque temen reflejarse en ellos. ¡Hipócritas!
hambrientos de egoísmo,
buscan lograr sus mezquinas metas
y a eso lo llaman porvenir.¡Hipócritas!
se dicen libres
y no se permiten ni siquiera sentir.¡Hipócritas!
veneran santos
y devoran al prójimo. ¡Hipócritas!
se camuflan de rosa
y son espinas. ¡Hipócritas!
se visten de beso
y son puñal. ¡Hipócritas!
prometen amor
y son rencor. ¡Hipócritas!
basuras del callejón,
marginales del amor,
amigos del odio,
consejeros del resentimiento,
gusanos de flores marchitas,
matadores de sueños,
defensores de la conveniencia,
asesinos de la pureza,
enemigos del amor.
¡Hipócritas!
no se crucen en mi camino,
no lograrán apartarme del amor.
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